En mis recorridos.
La oportunidad de estar entre quienes son el foco de atención y dedicación es muy enriquecedora. Las personas que están en una sindicación, por debajo del estrato medio, se multiplican sin cesar. Originando un estrepitoso debacle de su ya crítica situación social.
Al estar en un estadio general de carencias, la vida es una problemática que debe ser controlada por un ente que observe el fenómeno y tome un papel dictatorial en ésta cuestión. El debate de quienes han logrado – a través de innumerables congruencias- posarse sobre las materias de proliferación humana, no capta que la manipulación está a la orden del día.
Como alguien comenta en éste foro, el número de compatriotas disminuirá, por cierto. Si esos datos son fieles e indican que en algún momento serán menos los carentes, será el tiempo en donde veamos como desaparecen los barrios marginales, chicos lavando parabrisas en las calles y, por qué no decirlo, “flaites” acechando el desplazamiento urbano.
Sin embargo, ¿cuáles serán las castas que pre-dominen? A falta de población, ¿los territorios serán ocupados por quienes? Las huestes que han venido surgiendo y hayan prevalecido al freno de su expansión ¿tendrán cabida en el nuevo orden?
Las preguntas son muchas y se les multiplicarán cuando viajen hacia esos recónditos lugares en donde la píldora debe ser regalada. Siendo aquí en donde recuerdo las palabras de una amiga, la cual me comentó que no era necesario estar en los zapatos del desposeído para tener una crítica constructiva sobre la pobreza, ya que ella, en si misma, es ignorante de su condición.
Con ese nivel de profesional, el cual no recorre nada, se aleja de los estadios de carencia, esperando que caiga un rayo misterioso y ponga fin al fenómeno, no tenemos por donde hacer más debate. La instalación del tema es para unos pocos que logran llegar hasta el medio electrónico y cuestionar la publicación.
Me parece que la dicotomía, está a la orden del día. Deberán salir de sus estadios y entrar a esos que quieren que desaparezcan, pero sin la píldora.
Fijate
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