domingo, marzo 16, 2008

En el blog de Peña

Leí, de sobresalto, su publicación de hoy y no tengo ni la menor de las ideas con respecto al señor Siptzer. No obstante, me ha llamado mucho la atención el por qué de el uso de un, al parecer, connotado hecho de abuso a la probidad política, fuera de las fronteras de Chile.

No sé si alguien ha visto un programa que se llama Enlaces. En él comienzan hablando de un ratón y pueden terminar con el supuesto alunizaje, con una total dependencia de los factores y estrechez de sucesos. Sin embargo, esos trabajos enmarcados en la biología son para quienes pueden ver cuanto hay de trama fuera de foco y perdido de los ávidos dedos que escriben la historia latente.

No sé si está enterado que las proximidades de los derechos, acá en Chile, hacen de nuestra sociedad un caldo no menos denso que el de la cuna del señor Sipzter. Dice la cultura popular:”Pueblo chico, infierno Grande”. Entonces, por ahí andan unos que tiene el poder de alzar su voz, hacer sendos aquelarres y cabalgar como cual valquiria blandiendo la espada para cercenar las cabezas de los impíos, pero…

Quien toma como arma de triunfo a los mismos que aplasta, pasa a conformar ese bloque de sadomasoquistas sexo-maniacos que comen un rico plato de Spiniakas.

Sin olvidar, mi estimado rabadán, que en todas las facciones religiosas de éste mundo existen verdaderos ángeles tratando de hacer el trabajo de su Creador, pero se ven enfrentados a sus estructuras dogmáticas que conviven con muchos hijos del Inicuo.

Fijate.cl

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