lunes, junio 11, 2007

A Tironi

Entre Desiderata y Kant.

Una vez me indicaron que el inglés, sería para mí, el pasaporte para un nuevo desarrollo de mis limitadas expectativas de progreso. No obstante, mi terquedad me ha sumido en la ignorancia hacia esa lengua que, en una oportunidad, escuché que era bárbara.
En el país del Tío Sam ya están ocurriendo desarrollos tan magnánimos que la robótica se está tomando las calles de los transeúntes –si es que el Robot Titán es de verdad-.
Pienso, entonces, que la motivación y el empuje que le dan para que aprendamos el idioma del Imperio debe ser para poder comunicarnos, basal-mente, con ellos y entregarles nuestras pocas reflexiones en bandeja.
Si la educación está en peligro y ella está a punto de rendirse ante todo lo que pronto será una realidad, ¿no será conveniente armar nuestra red hoy y no mañana? ¿Administrarnos con un idioma en común y no tratar de aventajarnos con una lengua extranjera?
El Mercurio – con una convicción plena- será el Garante de las comunicaciones futuras de éste país. En su totalidad, dentro del territorio chileno, es escrito en español y su fuerza laboral más abultada son periodistas -¿creo?- chilenos. Siendo así, la punta de lanza son las comunicaciones en español y al resguardo de cualquier tergiversación.
Chile muta a un paso vertiginoso. La computación se ha desbordado entre las juventudes; el turismo comienza a observar el movimiento de los capitales hacia sus territorios y las comunicaciones están el la cresta de la Tercera Ola.
Cómo dice el señor Orrego: “¿No veis, queridos chilenos, que él se dedicó a las comunicaciones y echó a andar las bombas de tiempo que ahora han estallado?
F.F. en un momento de máxima lucidez indicó lo siguiente: “Sale más barato traer un grupo de Chinos, enseñarles chileno-español y devolverlos a su impresionante nación de más de 1.300.000.000 de individuos.
Desiderata indicó mantener firme la humilde convicción y Kant el Imperativo categórico.

Fijate.cl

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