Señor Saavedra:
Discúlpeme si es que no le sigo la corriente al Señor Peña. Más allá de lo que él pueda escribir y reciba tanto ataques como aceptaciones, yo me cuelgo de sus escritos para dar mi aporte a la columna.
Si usted quiere puedo ser directo y esclarecer, aún más, mi posición frente al tema; no obstante, de buena fuente sé que los eventos políticos se han de tomar en forma oblicua y que los que detentan el poder siempre se encuentran, cara a cara, con un poder superior el cual los somete y doblega.
Al enumerar tres aspectos de esta cuestión que nos embarga a todos, centrarme en la dualidad de la liberación y la encarcelación sirve para que se entienda en la dicotomía que se puede entrar, a la hora de hablar de este tema; posicionarlo como argumento de disidencia en la coalición y querer aportar con una idea en esta pilastra electrónica.
Mi pudrición solo está fomentada cuando tengo que soportar a los compañeros de coalición, que se ufanan del liderazgo moral y su capacidad de discernimiento conspicuo. Echando por tierra una oportunidad única de verse alineados, como a ellos tanto les gusta hacernos reaccionar. Dando oportunidades de oro al modelo imperante de hace casi dos décadas.
Las preguntas que me hago son seculares, dada mi formación profesional y mis dos perfeccionamientos. Aún considero que estamos a tiempo para hacer algo, en cuanto al pregón general por esta patria, su población y las instituciones que la controlan –en el aspecto empresarial, yo me muevo de forma particular y me atengo al juego impuesto-
Le pido las disculpas del caso ante la descomposición de su persona; no obstante, los individuos en particular no me afectan, sino, el entorno que los hace ser de una forma, contribuyen al caos y perpetúan la condición dada –como un dogma secular anquilosado-.
Reciba un cordial saludo
Atte.
HSQO
Discúlpeme si es que no le sigo la corriente al Señor Peña. Más allá de lo que él pueda escribir y reciba tanto ataques como aceptaciones, yo me cuelgo de sus escritos para dar mi aporte a la columna.
Si usted quiere puedo ser directo y esclarecer, aún más, mi posición frente al tema; no obstante, de buena fuente sé que los eventos políticos se han de tomar en forma oblicua y que los que detentan el poder siempre se encuentran, cara a cara, con un poder superior el cual los somete y doblega.
Al enumerar tres aspectos de esta cuestión que nos embarga a todos, centrarme en la dualidad de la liberación y la encarcelación sirve para que se entienda en la dicotomía que se puede entrar, a la hora de hablar de este tema; posicionarlo como argumento de disidencia en la coalición y querer aportar con una idea en esta pilastra electrónica.
Mi pudrición solo está fomentada cuando tengo que soportar a los compañeros de coalición, que se ufanan del liderazgo moral y su capacidad de discernimiento conspicuo. Echando por tierra una oportunidad única de verse alineados, como a ellos tanto les gusta hacernos reaccionar. Dando oportunidades de oro al modelo imperante de hace casi dos décadas.
Las preguntas que me hago son seculares, dada mi formación profesional y mis dos perfeccionamientos. Aún considero que estamos a tiempo para hacer algo, en cuanto al pregón general por esta patria, su población y las instituciones que la controlan –en el aspecto empresarial, yo me muevo de forma particular y me atengo al juego impuesto-
Le pido las disculpas del caso ante la descomposición de su persona; no obstante, los individuos en particular no me afectan, sino, el entorno que los hace ser de una forma, contribuyen al caos y perpetúan la condición dada –como un dogma secular anquilosado-.
Reciba un cordial saludo
Atte.
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