domingo, abril 22, 2007

En el blog de Peña

Para saber quien es quien, uno debe tratar de hacer el bien.

Mi querido padre me increpó el día que me vio en la calle de la comuna. Su sagacidad es tan aguda y magna (por ello financió fijate.cl), que me preguntó: “¿qué mier… estás haciendo acá?”. No lo puede esconder y le comenté que había tratado de obrar de Buena Fe y por ello me encontraba sin empleador ésta vez. No perdió el tiempo y mi eximio progenitor me lo dio a reconocer: “Hijo mío no existe la Buena Fe”
Entonces, recobré la cordura y supe de qué estábamos hablando. En un país que se ha erigido con una buena carga de sometimiento y restricción, no queda más que aguantar la imposición. Nuestro modelo indica que uno es mejor, cuando de las cosas es el dominador y, mantener esa posición, radica en negar el avance al más próximo detentador.
Mi hijo, hoy, está recibiendo educación de la más excelente condición, ya que su madre puede y debe mantener una posición. Obedece a ciertos parámetros y el dinero es la condición, siendo un capital que no ha pedido subvención. No obstante, es vasto el recurso y el Estado no puede abandonar a los que no tienen esa oportunidad en la nación.
Yo no puedo negarle el crédito a los que han surgido y han obtenido lo que tienen por su esfuerzo. En cada estadio surgen los más fuertes e impetuosos; seres que se afilian y procrean apostando sus convicciones y conos de cimientos para lograr el ansiado bienestar. No obstante, me parece que hacer el bien y dejar guiarse por la buena fe no tiene resultados óptimos.
No debería haber dejado, en manos ajenas, mi observación del mercantilismo futuro para mi ex empleador y debí haber mantenido a mi pareja en el hermetismo de las relaciones maritales; pero yo no soy así. La necesidad de entregar, aportar, apoyar y querer no hace más que hacer el bien y los que se sienten ultrajados, por ello, vociferan y actúan de inmediato.

Fijate.cl

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