La religión, con administración obtusa.
Sea la devoción, administrada, que ensalza a los diestros y maldice a los lerdos. Cobija la astucia y corrompe la mesura. Se deja seducir y mantiene, impertérrita ante los hechos, su devenir.
Recibe una señal de los inicuos y baja sus defensas, dejando a sus soldados sin el escudo protector que promueven.
Lo más probable es que esa Administración de la Religión sea la que mantiene viva la solapada opresión.
Yo Cristiano, Católico, Apostólico Romano.
Posteado por:
Héctor Quijada Olguín (Diciembre 5, 2006 06:40 PM)
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