Posteando dónde Orrego

Gloria a Dios, gloria al “pulento”

El avance vertiginoso de un ser que ha visto más allá de la evidencia, es lo que he podido analizar acá – un análisis de quien viaja por el “Transchantiago” (ch) y conduce un camión- Cristo-ball ya aterriza entre los que deberán, a él, pedirle una moneda de clarividencia y observancia; esa que se obtiene cuando se ve muy bien el circo. Pero ¿qué sabe de su participación el león o el domador de éste? Los trapecistas vuelan por los aires y los payasos están correteándose unos a otros. Sin embargo, está detrás de todo ello el director de la función y el no observa el show, sino, al público entre las sombras comprando bebidas y cabritas, riéndose a carcajadas. Pronto tendremos, por acá, a las huestes de los plebeyos y ellos si que encontrarán razones de peso para sentenciar el nuevo brío del que ha de ser el que conduzca una nueva forma de observar LA POLITOSFERA ENTRE LOS PATRICIOS.
A callar quienes osan entregar juicios, sin siquiera estimar que: para comer dátiles hay que plantar palmeras.

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