domingo, febrero 18, 2007

El Transantiago. Por Carlos Peña

Primera Pata:

Hacia donde uno se desplace observa y reconoce que está el “Transantiago” en boca de todos. Quienes no han utilizado las micros –asiduamente- y los que están, de por vida, anclados a ellas.

Me siento en varias mesas y el comentario es “General”: Quien ha diseñado esta burrada de transporte colectivo vial, no toma micro. Se entiende como son los reclamos de cada uno y cada cual, pero no podemos llegar a pensar que los mentores de una nueva forma de entender, hacer e imponer los desplazamientos de la mayoría han diseñado un esperpento para la capital.

Sin lugar a dudas que a mí me costará mi retorno (404 es mi recorrido hacia a mis aposentos) y que se ha torcido 20 veces más para otros. Años a tras, observé como unos compatriotas le indicaban al chofer que no tenían plata (dinero para nosotros) y, de todas formas, utilizarían el transporte –tenían que llegar a sus hogares-.

Quizás esto generará un descontento aún más portentoso en la Plebe, la cual no tienen más opción. A ellos se les ha abducido la madeja de recorridos y hoy tienen sectorizados sus movimientos. Se ha erigido un control y deberá entregar sus resultados, además de los contertulios, generalizados, del ignorante Vulgo. No obstante, qué puede hacer una masa sino es reconocida por los MCM (Medios de Comunicación Masivos), salvo acatar el nuevo orden:

El nuevo sistema ha segmentado al gran mercado.
Usuarios activos y pasivos entregaran el dato y sus vivencias las llevarán a sus mesas.
La gran obra indicará tropiezos si es que los Controladores de los Medios así lo determinan.
Los tiempos se han abultado para unos y reducido para otros.
Un nuevo concepto plástico revoluciona la vida de ésta Raza.
Los de siempre, somos el conejillo de indias para determinar cuanto es lo que el pueblo puede resistir.

Atte.

Plebe-yo

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