Colgándome del eximio don Leo y del párrafo (2)
Entre nosotros sobran quienes…
Me parece que, de alguna u otra forma, nuestra ignorancia y ansias de catapultarnos nos hacen olvidar nuestros orígenes y, también, nuestros derechos. Esa cualidad de todo ser social que requiere ser observado con beneplácito y sin atisbos de “indigestión” (¿habrá sido antes indigenastión? Vaya uno a saber)
No me consta, pero desde que las corporaciones se vienen estructurando el que les ha dado atributos, por sobre todos los seres ha sido el abogado de esas propiedades, antes, inexistentes. Cabe entonces señalar que: aparecieron los hombres y mujeres que también quisieron ese beneficio y, con la ayuda de éstos, construyeron sus artificiales atributos, despojándose de sus indignantes personalidades.
Ha pasado el tiempo y en Chile ¿vale más un Quilaqueo que un Peña? ¿Un Huaicamán tiene más honor que un Quijada? A las dos preguntas no tengo muy clara la respuesta; no obstante, los dos originarios saltan a la vista y los mestizos también. Entonces que hacen los naturales de otras latitudes desenvolviéndose entre nosotros y haciendo gala de la superioridad ¿Quién ha logrado torcernos y embobado hasta el desprecio por nosotros mismos?
Todo lo anterior emana de las nuevas interpretaciones, que extraigo de la última creación de Gibson: Apocalypto. La sociedad estaba en su decadencia máxima y a punta de sacrificios, elucubrados por la ignorancia colectiva, trataban de mantener el control. Hasta que llegaron los abogados de la Reina y la Iglesia he hicieron desaparecer toda una nación, instaurando otra: Un ex presidente de apellido Fox y un Calderón muy “trucho”.
Bueno, cabe destacar que Bachelet no tiene nada de originario, más me suenan los mestizos Pinochet y Lagos.
¿Que cosas no?
So no más de papa.
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