Para Nicolás, don Leo el rabadán y los que se alzan en esta pilastra.
Se encuentra también…
Es curioso que todos nos encontremos acá. Los de una y otra casta se entremezclan para saborear la posibilidad de alzamiento. Lo pro-hibido (¿habrá sido habido? Vaya uno a saber) se desvanece y solo queda botar lo in-hibido y ya se comienza a evidenciar el calibre de los dichos. Más aún el del extraordinario señor Domeyko, el cual nos ha entregado una visón clarividente y extrema.
Nótese bien que esta es una pilastra y el tema en cuestionamiento encierra muchas fases. La calidad no es discutida, sino la capacidad de aglutinar, de una sola vez, una batería de municiones para despertar las ansias de “postear”. En todo caso, no es comparable la pilastra del rabadán con el del señor Detemer; en ese pilote están contenido 500% más Leoprad, Scorpene, Humvy, F16 y comandos.
El poder de fuego que ostenta el señor Detemer deja una polvareda de proporciones. Genera un orifico del cual todos hablan, ríen, conversan y discuten. Entendiendo la capacidad de un verdadero patriota. Sin embargo, no viajo para allá, dado que las municiones son de un calibre el cual no es mi especialidad.
Yo me quedo acá y me gustan los peñascazos. Dado que de niño tiraba piedras al lago Caburga y, en él, mi tiro hacia buenos patos. Observando hoy que este es una nueva posibilidad, pero no con tanta radioactividad.
El consumo es la ordenanza y hacia ella todos debemos caminar. Es la más terrible postura impuesta y nadie puede abstraerse. Hasta el mismo Papa dejo entrever su afinidad, ya que observa como los rebaños quedan mansos ante tanto poder. Siendo así no nos extrañemos de nadie en la politosfera, en donde abogados, castrenses, religiosos y todos los demás combaten ante un adversario difícil de vencer.
Tomas Flores, me explicó que si juntamos todos los bancos de Chile, se hace medio difícil comprar uno Brasileño. Entonces, pensar en uno Suizo es una osadía, haciendo del consumo y su gestión, por todos los medios, una necesidad a todo nivel.
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